El día que vuelves,
Yo salgo de mi presidio mental,
El momento de tu comprensión,
Me hace evolucionar,
Tu te amo
Es mi todo
Gracias por ser y estar,
Por darle luz a mi obscuridad,
Por ser el sueño hecho realidad,
Y gracias, sobre todo,
Por enseñarme a amar.
Porque yo era un tipo más bien triste,
Perdido entre fantasmas sin rostro,
Y conocer tu comarca
Me convirtió en lo que soy ahora,
El que escribe tarareando cuan profundo es tu instante de amar,
Cuan cerca me llenas de felicidad,
Me juego las últimas monedas al azar,
La que cae de canto también lleva tu nombre, tu inmortal sonrisa, tu mano asida a la mia, esta vez para siempre.
Te amo solo como puedo amarte,
Con razón y sinrazón, con fe inquebrantable, con esperanzas vivas,
Con la convicción de que sos la mujer que Dios escogió para mi, con la misma delicadeza que se escoge todo lo eterno.
De "Delaciones tardías"
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