Ya soy un epílogo,
nunca más un prólogo,
La historia contada como a mi me gusta
-casi cinematográficamente-
pero desde el final y hacia el comienzo,
Soy marchas forzadas sin movimiento
nudos en la trama del silencio,
recuerdos como dudas quietas,
tan inmovilizado en la desesperanza
que soy un minusválido del alma,
Gusanos oscuros trasuntan la mirada,
y como ya, escribió Vallejo,
lóbrego mamífero, que se peina,
igual yo,
pero sin ganas.
HDP
De "Alegatos desde un lecho moribundo" (o la mesa de un bar vacío o la nave de un eterno náufrago)