Tu sabes, te amo, se de tu amor, lo intuyen mis buenas vibraciones, espero tu voz en la noche sin espejos, abrazo tu recuerdo, que va de tiempo en tiempo, te amo, es imposible evitarlo, me voy a quemar en el quinto infierno pero sin embargo te quiero... tu toque lo convertirá en la entrada del cielo, tu beso lo hará eterno, tu bien y tu felicidad serán dos de mis nunca realizados sueños.
Debes saber, antes de embarcarte, en ésta nave de intensos naufragios, antes que podamos juntar nuestras alas y volar a ciegas, sin rumbo fijo, hacia el cielo que han dictado las estrellas, hacia aquel destino, irónico jugador, que ha lanzado sus dados poniendo en la mesa de juego, nuestras vidas y nuestro sueño, Debes saber que soy un tipo confiable, tanto, que podrás confiar en mi de haberlas, tus rabias, de haberlos, tus miedos, que seré bueno para amarte como te has merecido siempre, y que soy -sin duda alguna- el espejo de tu propia libertad, Debes saber que te amaré como se ama de verdad con total entrega y sin cartas bajo la manga, con días de gloria y días de feria, con alegría -y si es necesario, con eventuales tristezas- pero que inobjetablemente: te amaré, cuando, y donde sea, a la hora que señalen los vientos, en el momento en que lo mande la madre tierra aun enterrados bajo las poncianas que me acompañan con su sombra fresca, mis huesos amortajados, te amarán y será eterno mientras dure, mientras pueda, mientras seas, como eres, como serás, mientras construyamos las promesas como las que se hacen en los tiestos las mariposas y las azaleas, como la que me hace el día cuando amaneces atada entre mis piernas como la que dicta el mensaje que canta el mar en las tinieblas, Debes saber, aunque ya lo sepas.
De "El inventario del vacío verdadero" Hugo Del Portal