LA SUMA DE LAS OPORTUNIDADES PERDIDAS

A veces, 
la vida, 
pareciera ser, 
la suma 
de 
las 
oportunidades 
perdidas, 
el trato 
que no hicimos,
(que pudo habernos dado el ansiado metal)
la conversación
que no tuvimos
que pudo
habernos hecho 
mucho mas sabios,
el amor  
que no cuidamos, 
como si encontrar
una persona 
que te sepa amar
fuera fácil, 
o no fuera 
casi un milagro,
Y todo esto.
vanos ensimismamientos poéticos,
no cambian 
que el mundos sea
la comarca descompuesta
de un sistema 
que te parte en dos
como la hoja caliente 
de un cuchillo, 
que corta por mitades
un paquete de manteca, 
Es conveniente
arroparse en sueños valederos,
en convicciones duras como látigos, 
en soledades silenciosas, 
en valores con valor,
(hay que exigirse en la excelencia)
para que 
tu, 
mi,
nuestras vidas, 
no sigan siendo 
la misma historia,
una suma simple 
de oportunidades perdidas, 
de victorias pírricas, 
de pasiones empíricas,
de la deslealtad habitual, 
del desengaño de lo incierto, 
que tanto es como uno,  
que tanto se parece
al reflejo del espejo 
en el que te convencen
que el tiempo no pasa en vano. 
pero que tu sabes que
todo corre 
por tu cuenta.  

TANTO Y TANTO

De tanto consuelo que me has dado,
en las tardes solitarias sin abrigo,
de tanta ventana iluminada por el astro rey,
en la mañana cuando te busco entre las prisas,
de tanta tempestad en plena calma,
en la noche en la que te rebelas como revelando osadías,
quiero decirte que quizás seas la única loca,
(maravillosa insanía la tuya con una piel que de amor transpira)
que cualquier hombre querría para siempre en su vida,
una tarde sin garúa y sin brisa, cuando dan ganas
de mandar todos los destino a un destino sin vuelta y sin bienvenida,
porque no valen todos los atardeceres, sin tus ojos adormilados,
sin tus labios de mil olvidos y sin tu tacto que transmuta poesías,
porque no vale nada la luna entre mis manos,
si no acaricio tu cabellera rebelde y briosa,
si no bendicen tu pasión mis ansias locas,
si no me cobijo entre tu noche y tu día,
para despertar solo en tus ojos, lleno de perezas,
enrollado entre los versos,o atrapado en un libro
que compartíamos de madrugada.
Amar, mi bien es quererte así,
tal como eres,
enfrentar la legión de demonios del mediodía,
que solemos dejar salir a asolear,
porque amarte es querer tu luz, tu sombra,
tu quietud y cualquiera de tus guerras.

HUGO DEL PORTAL

De "El inventario del vacío verdadero"